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José esperó más de un año para visitar la tumba de su esposa, por pandemia

Los 42 años de casados respaldan el amor que José le tiene a su esposa. Un cáncer le arrebató la vida hace cuatro años, ahora la visita en Panteón San Nicolás

Escrito en GUANAJUATO el

Don José está sentado sobre una piedra, viendo cómo sus hijas decoran la tumba de su esposa Esther Medel. La vuelve a visitar después un año de que la pandemia llegara a Guanajuato y cerraran los panteones. A punto de llorar, la recuerda y le lleva flores frescas.

El 19 abril reabrieron los ocho panteones municipales, por orden del Gobierno, pero aplican reglas específicas. Solo pueden pasar 50 personas cada media hora, y tienen que portar cubrebocas y guardar su distancia. La gente puede asistir de lunes a viernes, de las 10 de la mañana a las 6 de la tarde.

Dos días después de esta reapertura, José Luis Ramírez, de 63 años, y sus dos hijas visitaron el Panteón San Nicolás, ubicado en el Mariano Escobedo. La familia aprovechó para ir a conversar con Esther, aunque sea frente a su tumba.

“Aunque no la tenemos físicamente pero sí con nosotros, y hay que estar con ella”.

“No sabe uno la sensación que siente, si bonita o fea, porque al estar aquí remueve muchas cosas, pues. Viene uno con gusto, pero da más tristeza ver así todo abandonado, y viene uno a darle una manita, porque es una lástima que era una persona muy importante para nosotros, es mi esposa”, relata José a La Silla Rota.

En mayo, Esther cumplirá cuatro años de fallecida. Desde marzo del 2020 su familia no pudo visitarla, pero algo curioso fue que su esposo buscó la manera de infiltrarse, y confesó que él y sus hijas se metieron entre la gente que iba a sepultar a sus seres queridos.

“Antes buscábamos la manera de mezclarnos y venir un rato, pero no le podía uno hacer nada, en todo caso limpiarle, ahora que hubo oportunidad pues venimos a darle una manita”.

La visita tenía que ser rápida. Solo iban a limpiar la tumba de la señora Esther y se iban. Así lo hicieron en varias ocasiones por más de un año.

Las demás tumbas también lucen abandonadas, dice José Luis. En el tercer día de reapertura la fila de gente afuera del panteón no llega ni a la esquina. Cuando el primer día se reportaron casi 300 visitantes durante todo el día, según cuenta el sepulturero Luis, de 44 años.  

42 AÑOS DE CASADOS, UN CÁNCER LE PROVOCÓ LA MUERTE

José y Esther estuvieron casados por 42 años. Pero hace cuatro años enfermó de cáncer y diabetes, las cosas se complicaron cuando “llegó el cáncer a la cabeza”, falleció.

A punto de desbordar las lágrimas, don José recuerda que lo mejor que su esposa le dejó fue la unión de la familia.

“Lo mejor de todo es que siempre fuimos unidos, siempre que venimos cargamos hasta a los niños, eso es lo mejor que ella nos dejó”.

José voltea a ver las demás tumbas y le pide a los leoneses que visiten a sus difuntos.

“No hay que echarlos al olvido que ve muy triste, así como vemos que los dejan, cuando nos toque a nosotros que nos imaginemos así, en este estado”.

Alrededor de las tumbas hay yerbas secas, nichos empolvados y fotos arrugadas. Señal de que pocas familias no han visitado el panteón. Ya pasó una semana de la reapertura, y el semáforo epidemiológico aún está en amarillo, de acuerdo con Salud Estatal.  

EL COMERCIO “RESPIRA”

Para Alicia Estrada, de 64 años, que vende flores afuera del panteón esta reapertura significó un leve “respiro” en sus ventas.

“Sí me dio gusto, es que ya no trabajamos ya no vendíamos. Ojala que ya se normalice esto”.