León.- Cuando Donovan Carrillo termina su rutina, los ojos de los mexicanos se posan en él, pero, a su vez, los del joven patinador buscan algo entre la gente, a su entrenador, amigo y padre de cariño, Gregorio Núñez, el hombre que lo ha acompañado en cada triunfo y que lo guío a su debut en las Olimpiadas de Invierno 2022.
"Los sueños de hacen realidad" dijo Donovan segundos antes de abrazar a Goyo, después de haber roto su marca personal en Beijing.
La historia que comparten Gregorio y Donovan
Gregorio y Donovan tienen más en común que solo la pasión por esta disciplina, los dos tuvieron un acercamiento al “hielo” similar. Cuando Goyo tenía 6 u 8 años, narró al Heraldo, su hermana comenzó a patinar, pero a él no se lo permitieron por estar muy chico.
Al igual que Gregorio, Donovan también fue introducido al deporte por su hermana, que era patinadora. Personas cercanas a él también se mostraron renuentes cuando dijo que quería ser patinador, pero es aquí donde la historia de ambos se separa, pues en el caso de Donovan, sus padres finalmente accedieron y le compraron sus primeros patines en un tianguis.
Goyo no tiró la toalla jamás, entonces cuando llegó a su adultez, aprendió a patinar en una pista en Guadalajara. Su amor por el patinaje en hielo lo llevaron a convertirse en maestro y fue aquí donde los caminos de ambos se juntaron.
“Esto para mí es culminar muchas de mis metas personales, para mi carrera, para esto que me he dedicado tantos años”, mencionó el lunes pasado cuando Donovan terminó su primer presentación en Beijing.
Un día un niño con patines viejos y heredados de su hermana llegó a la pista en la que trabajaba y entonces comenzó la historia de los dos. Juntos se enfrentaron a varios retos y los convirtieron en logros, pero su destino se puso en juego cuando cerraron la pista en la que Gregorio trabajaba con Donovan.
Después de una búsqueda de opciones para seguir persiguiendo el sueño, encontraron la pista de hielo de Plaza Mayor. Para entonces, él y Donovan ya eran una mancuerna, por lo que separarse no era una buena idea, entonces “se la jugaron” y juntos llegaron a la ciudad zapatera.
Hicieron de la pista de hielo de León su segunda casa. Quienes trabajan y entrenan ahí lo confirman, dicen que “ahí se la viven”. Cuando están en el hielo hacen magia.
A pesar de su duro trabajo con Donovan, hay todavía algunos que dudan que ha sido Gregorio, un mexicano, quien lo entrena. El joven olimpista contó al Excélsior que las personas asumen que su guía es extranjero, no pueden creer que el hombre detrás del patinador contemporáneo más talentoso de México sea un connacional.
“Siempre buscaban algo porque no conciben que haya un patinador artístico de hielo formado en México”, contó.
Hoy, a unas horas de su segunda presentación en Beijing, no hay duda. Goyo es talento y es mexicano. Las entrevistas también mencionan su nombre y su rostro aparece en las pantallas enormes. Gregorio Núñez, el hombre detrás de la estrella del patinaje, Donovan Carrillo.
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