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Estas entidades son trampas mortales para policías

Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Chihuahua y Guerrero tienen en común que son las entidades donde asesinan más policías en todo el país

Escrito en ESTADOS el

Aunque las fuerzas policiales son el primer frente contra la delincuencia, en Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Chihuahua y Guerrero corren más peligro que en ninguna otra entidad del país.

Datos de Causa en Comín revelan focos rojos en estas entidades, destacando Guanajuato por la extrema violencia que se ha utilizado para asesinar a los agentes del orden.

Según la estadística de la organización especializada en temas de seguridad, en lo que va del año en Guanajuato han asesinado a 34 policías, en Jalisco y Michoacán 23, Chihuahua 21 y en Guerrero 20, lo que los convierte en los más letales para los uniformados.

En total, en lo que va del año han sido asesinados un total de 280 policías en todo el país.

Cabe destacar que el salario mensual promedio de los policías en México oscila entre los 5 y los 10 mil pesos mensuales.

El aumento de los asesinatos de policías y la poca consideración por las fuerzas del orden público en México son dos de los factores que hacen que sea extremadamente difícil para el gobierno cumplir con su promesa de reclutar para 2020 a 50,000 miembros para la recién creada Guardia Nacional.

Guanajuato, el foco más rojo

En sólo una semana asesinaron violentamente a ocho policías en Guanajuato. Las autoridades dijeron que era una acción del crimen organizado para generar miedo en la sociedad.

Sin embargo, los policías siguen saliendo a las calles por un salario promedio de 10 mil pesos mensuales, con el riesgo de terminar como uno de los 34 policías que han sido asesinados en el estado, en lo que va del 2019, según un recuento de la organización Causas en Común.

El último en la lista fue Sergio Morales, quien era comandante de la Policía Municipal en Celaya. Había entrado a la corporación hace 25 años, y fue asesinado a balazos al momento de salir de su turno la mañana del lunes.  Su cuerpo quedó dentro de la camioneta donde viajaba a unos metros de la comandancia, en la avenida Tecnológico, en la esquina Salvador Ortega.

El ataque contra el policía municipal se dio unos días después de la masacre contra cinco custodios del Cereso en Valle de Santiago.

El 19 de septiembre, cinco custodios del Centro Estatal de Readaptación Social Valle de Santiago, Guanajuato, conocido como Cereso 1000, murieron durante un ataque de civiles armados contra la camioneta oficial en la que viajaban.

Según las autoridades, sujetos armados que iban a bordo de tres camionetas, interceptaron a los custodios y dispararon contra ellos.

Tres murieron durante la agresión, mientras que otros dos fallecieron en el hospital. Por estos hechos, ninguna persona fue detenida.

Las víctimas: José Manuel Rodríguez, Federico Macías, Eduardo Salvador Jiménez, José Sergio Domínguez y Octavio Laguna Carrillo.

Al día siguiente, nuevamente las autoridades de seguridad alertaban sobre otro ataque, ahora contra la Fiscalía General del Estado, con sede en Celaya.

Alrededor de las 8:00 de la noche los agresores llegaron en una camioneta Ram gris donde viajaban siete sujetos con armas largas. Según el reporte oficial, en el lugar quedaron tres personas lesionadas por impacto de arma de fuego; uno de ellos un perito con lesiones en brazo izquierdo y una mujer, policía ministerial con lesiones en la espalda y brazo derecho. Además, una persona al exterior, sobre la calle.

Dos días después, el subdirector de la policía municipal de Pénjamo, Jorge Cisneros Rangel, fue asesinado luego de que un comando lo sacara a la fuerza de una universidad en la que estudiaba criminología.

Posteriormente su cadáver fue encontrado al interior de un vehículo en un poblado del municipio de Huanímaro.

“Era un policía ejemplar, que se esforzaba por salir adelante y tenía la meta de concluir la licenciatura. Esposo y padre responsable. Su deseo de superación y preparación constante era evidente”, dijo en esa ocasión el presidente municipal de Pénjamo, Juan José García.

El otro elemento que perdió la vida en esa semana, fue José Erasmo Fuentes, quien fue asesinado a balazos sobre la carretera Salamanca-Celaya, a la altura de la comunidad de Valtierra.

Con los hechos violentos que se presentaban contra elementos de seguridad, la titular de la Unidad de Análisis y Estrategia de Seguridad Ciudadana del Estado, Sophía Huett López, aseguró que los ataques son a causa de la detención de “Checheno”, presunto cabecilla operativo del cártel de Santa Rosa de Lima y aseguró que los ataques es una respuesta del crimen organizado a la acción institucional que busca genera miedo por parte de los servidores públicos en la sociedad y ciudadanía.

El recuento de Causa en Común, informa que en Guanajuato, 34 elementos de seguridad han sido asesinados durante sus funciones, en lo que va del 2019.

Además, la Fiscalía General del Estado informó que, desde el 2018, han sido asesinados 101 funcionarios que contaban con un cargo relacionado a la seguridad.

El municipio donde se registraron más ataques a policías fue Salamanca, con 19 ejecuciones, le sigue Irapuato con 12 casos, mientras que en Celaya ocupa el tercer lugar.

Precariedad y bajos salarios en policías de Guanajuato

En promedio, un oficial de Guanajuato gana 10 mil pesos al mes. Los municipios donde los policías perciben mayor salario son Irapuato, San Miguel de Allende, León y Pénjamo, por encima de los 14 mil pesos mensuales.

En cambio, los policías de los municipios de Pueblo Nuevo, Juventino Rosas, Santiago Maravatío y Santa Catarina, ganan por debajo de 8 mil pesos mensuales.

Un estudio de la misma organización, Causa en Común, señala que Guanajuato es uno de los estados que mantiene jornadas de trabajo de 24 horas o más. El 96 por ciento de los policías en el estado, refirió que no se les respeta los horarios establecidos, pues la mayoría trabaja –en promedio- hasta cinco horas adicionales a su jornada.

En 2018, más de 50 elementos de la policía procesal se negaron a trabajar en repudio a sus horarios, las jornadas especiales sin remuneración extra, y las condiciones de las unidades.

Según información de Milenio, a finales del 2018, en algunos municipios del estado los policías trabajaban con patrullas en mal estado, otras con unidades baleadas, sin chalecos y sin uniformes, o hasta sin armas o balas.