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“Era esto o no vender": Margarita tuvo que adaptar su puesto de comida

Margarita tuvo que adaptar su puesto de comida para seguir vendiendo. Tiene que proteger a sus clientes de contagios de covid-19 con barreras en la mesa

Escrito en GUANAJUATO el

LEÓN, GUANAJUATO.- El rostro preocupado de la señora Margarita apenas y puede esconderse tras el cubrebocas. Voltea a ver a la gente que llega a comer a su puesto. Mientras sigue preparando quesadillas, ella y su marido cuidan que respeten ‘la Sana Distancia’ y usen gel antibacterial.

Han sido poco más de seis meses en los que los ingresos de Margarita bajaron considerablemente, pues la pandemia por el covid-19 trajo consigo no solo contagios, sino que el cierre total o parcial de algunos negocios. Afortunadamente el de Margarita siguió de pie con ciertas restricciones.

Desde el mes de marzo los tianguistas se las tuvieron que ingeniar para seguir trabajando. La indicación de las autoridades municipales y de salud fue distancia entre puesto y puesto, sobretodo, en la misma extensión de terreno determinada para los mercados sobre ruedas.

“Cuando empezó esto –la pandemia por el covid-19- nos pidieron que quitáramos las mesas y nos reubicaron. Solo teníamos comida para llevar”, dice la señora.

Margarita instala su puesto de comida cada domingo en el tianguis de la colonia Industrial Delta. Imagen: (Daniela Rodríguez)

A Margarita le costó dejar ir su servicio en mesa. Desde entonces había estado ofreciendo servicio para llevar, pues refiere que sus clientes tenían una rutina; compraban su desayuno y seguían con el recorrido en el tianguis.

“Las ventas bajaron mucho porque gente ya casi no venía. Los que venían ya no querían comida para llevar, ellos venían para comer aquí, pero pues no se podía”.

Mientras ella hace las quesadillas doradas o ‘de comal’, su esposo las prepara conforme le soliciten sus clientes. La tarea de ambos aumentó. Ahora tienen que vigilar que no se concentre gran cantidad de personas en su puesto, algo a lo que estaban acostumbrados y que, dicen que extrañan.

“Joven/señorita: nada más respete el lugar, porque nos andan checando”, dice el esposo de Margarita a sus clientes.

El esposo de Margarita supervisa que los clientes sigan las medidas de prevención. Imagen: (Especial)

Desde la semana pasada, a los tianguistas les dieron la oportunidad de ofrecer servicio en mesa, con la condición de seguir las medidas de prevención. Adaptar barreras entre los comensales y permitir que poca gente se concentre en el puesto.

Margarita contó a la Silla Rota que aunque la medida no les agradó del todo, le ha favorecido pues sus clientes no dudan en sentarse a degustar una de sus deliciosas quesadillas.

“Era esto o no vender, así que tuvimos que comprar los plásticos y ponerlos. Algo es algo”, dice la señora mientras muestra las barreras.

El puesto ahora tiene gel antibacterial a la vista para que los clientes lo usen si es necesario. Imagen: (Especial)

No recuerda cuánto dinero invirtió en las barreras, dice que esta medida habría sido buena implementarla desde el inicio de la pandemia.

Doña Margarita y su marido llevan ya varias décadas vendiendo antojitos mexicanos en los tianguis. En tantos años jamás le había tocado que una pandemia afectara tanto sus ingresos.

 

 

DR