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El día que Cantinflas y Jorge Negrete apoyaron a la lucha democrática de León

Luego de la tragedia del 2 de enero de 1946, los actores llegaron a León donde apoyaron con diversas presentaciones a deudos y a la lucha democrática en León

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Escrito en GUANAJUATO el

León.- El 2 de enero de 1946 es una fecha que no se olvidará de la memoria de los leoneses, pues en esa noche fatídica decenas de personas fueron víctimas de un ataque de elementos del Ejército por protestar por los resultados electorales que se habían registrado en las votaciones 15 días antes.

Solamente las madrugadas de las inundaciones registradas en 1888 y 1926 podrían rebasar en dolor la tragedia que en ese momento se vivía en la ciudad de León, pero en esta ocasión no fueron los embates de la naturaleza la causa, sino el hecho que en un momento enlutó decenas de hogares leoneses. 

El Gobierno del Guanajuato, en ese entonces encabezado por Ernesto Hidalgo, dejó en manos del Ejército que protegiera sus intereses políticos, por lo que se les trató a sus contrarios como enemigos y con esta premisa, el primero de enero de ese año militares realizaron una violenta represión en el parque Hidalgo durante un mitin de simpatizantes de la Unión Cívica Leonesa (UCL).

Al día siguiente, 2 de enero, se desató la tragedia que enlutó a León, fueron baleados decenas de personas que se encontraban en una manifestación pacífica en el centro de la ciudad.

Ante los hechos, los primeros que alzaron la voz fueron médicos leoneses y al amanecer del 3 de enero enviaron un telegrama al presidente de México, Manuel Ávila Camacho.

"Con pena le participamos que anoche (dos de enero) fue ametrallada la multitud en la plaza principal y calles adyacentes, habiendo resultado, hasta estos momentos, treinta muertos y cuarenta y cinco heridos graves e incontables desaparecidos, hombres y mujeres y niños, presentando en su mayoría orificios de entrada por la espalda, producidos por proyectil de arma de fuego de uso del Ejército. Una ambulancia de Cruz Roja fue baleada. Damos la anterior información con carácter médico y como ciudadanos, le rogamos ordenar se den amplias garantías y se castigue enérgicamente a los culpables. Encontrándose detenidas personas que sabemos son inocentes, le rogamos tratarlos con decencia, que sus vidas sean respetadas y que se definan responsabilidades".

Dicho telegrama fue firmado por: Isauro Videgaray, José C. Castro, Jesús Rodríguez Gaona, Guillermo Díaz Infante, Adolfo Isla Cosío, Ezequiel Macías, Jesús Solís Segura, Enrique Portillo, José G. Valadez, Pedro Gama Carpio, Carlos Farías Silva, Raúl Aranda de la Parra, Fernando Tejada, Alberto Aranda de la Parra, Armando Hernández Cruz, Vicente Reynodo Vela, J. Arturo Guedea Larios, Fernando González Soto, Mucio Moreno Castañeda, Victoriano Pérez Moreno, Miguel Torres Figueroa, Guillermo Morfín, José Sánchez García, Miguel Padilla, Pablo del Río, Carlos Ramírez Prado, Manuel Gómez Camargo y Alfredo Lozano Padilla.

En la capital del Guanajuato, la mañana del 3 de enero, los periódicos daban a conocer los primeros reportes y fotografías de las víctimas de la matanza, lo que hizo crecer la indignación de la sociedad. 

Ante ésto, durante una rueda de prensa, el gobernador Hidalgo hacía lo posible para negar de paso cualquier responsabilidad en los hechos y acusar a "imaginarios responsables de provocar" la represión.

"Los ojos de toda la Nación están pendientes de cómo será satisfecha la vindicta pública y muy difícil será que este caso vergonzoso en los anales de la historia política de México, pueda quedar impune, como pretenden los culpables, naturalmente interesados en desvirtuar la verdad de lo acontecido", señalaba un artículo publicado en La Prensa sobre "feroz matanza en León".

Miles de leoneses salieron a las calles de la ciudad a acompañar a los mártires del dos de enero en un gran cortejo fúnebre, el cual partió de la plaza principal hasta el panteón de San Nicolás. 

Se habla que en el cortejo participaron 20 mil personas pero hay cálculos que estiman fueron el doble. En ese entonces León tenía aproximadamente 150 mil habitantes.

Las autoridades de la ciudad decretaron 15 días de duelo y por primera y única vez en el siglo oficialmente se suspendían las Fiestas de Enero.

El 5 de enero, leoneses que radicaban en la Ciudad de México, encabezados por el jurista Toribio Esquivel Obregón, convocaban a realizar una marcha en el Ángel de la Independencia y pedían ir de luto, exigían los manifestantes que interviniera la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que pedían lo mismo a la Barra de Abogados y a la dirigencia de Acción Nacional.

Por lo anterior se inició un debate que encabezó el ministro leonés Hilario Medina y la mayoría de los magistrados decidió abrir una investigación por los hechos en León.

El presidente Ávila Camacho pidió la noche del 7 de enero a la Comisión Permanente del Congreso la desaparición de poderes en el Estado y los legisladores lo aprobaron al día siguiente y fue nombrado gobernador provisional al guanajuatense Nicéforo Guerrero, ministro de la Corte.

Andrés Soler, Jorge Negrete, Mario Moreno y otros actores durante el festival de artistas de cine en León.

 

Visitan León "Cantinflas" y Jorge Negrete

A través de un Comité de Ayuda Pro-Mártires del 2 de Enero, la sociedad leonesa se organizó para ayudar económicamente a los deudos y víctimas de la trágica noche del 2 de enero y para allegarse fondos recurrieron a distintas asociaciones, Cámaras, particulares y hasta figuras públicas. 

En mayo de ese año, (según consigna el investigador Héctor H. Rodríguez en su libro "Los Mártires de la Democracia") llevaban recaudados casi 137 mil pesos.

Gracias al apoyo de celebridades como Mario Moreno "Cantinflas" y Jorge Negrete, más de la mitad de ese dinero se reunió. Ambos eran en ese entonces líderes del gremio artístico en la llamada Época de Oro del Cine Mexicano.

"Cantinflas" y Jorge Negrete, cinco semanas después de los trágicos sucesos, encabezaron una comitiva de artistas que llegó a León, realizaron un primer evento que fue una charlotada en el Coso México (lo que es ahora el actual Descargue Estrella), donde hubo un lleno a reventar y en el que Jorge Negrete partió plaza vestido con traje de charro. 

Dieron muestra de sus habilidades en el ruedo Manuel Medel y Roberto "Panzón" Soto (dos grandes cómicos que pasaron de la carpa al cine), el Trío Calaveras y la gran figura de "Cantinflas".

Luego realizaron una presentación en el teatro Cine Hernán (que luego fue el Cine Plaza), donde se vendieron todas las localidades. 

El semanario La Voz de León citó en su edición del 10 de febrero de 1946.

"El festival del Hernán fue un mitin político con canciones, hablaron elocuentemente el 'Panzón' Soto, Medel, Negrete y Mario Moreno. Todos ellos comentaron el crimen (y) se conmovieron al recordarlo, expresaron su admiración al Pueblo Mártir y manifestaron que estaban con él en su lucha por la libertad y la justicia. Fueron ovacionados con calor".

El semanario señala que para cerrar la jornada se ofreció a los artistas una cena en el Casino de León (también se encontraban entre los artistas Andrés Soler, Mapy Cortés, Hugo del Carril y Tito Junco). Mario Moreno y Jorge Negrete dieron discursos y hablaron de la sangre derramada en León.

"El país ya está cansado de los sinvergüenzas. Ahora queremos los mexicanos gobernarnos por nosotros mismos, elegir nuestros representantes. Es un derecho por el que murieron los mártires del 2 de enero", dijo Jorge Negrete.

Por su parte Mario Moreno señaló que se encontraba a las órdenes del pueblo de León y que era obligación ayudar al alivio de sus penas,

"Era una obligación de nosotros contribuir el alivio de sus penas. Cuantas veces nos llamen estaremos a su lado. No tienen nada que agradecernos. hemos cumplido con un deber que es de hombres y de mexicanos", dijo "Cantinflas".

Se dio a conocer en las publicaciones como La Voz de León, que los artistas no cobraron y que se habrían reunido 72 mil pesos de utilidades en beneficio de las víctimas.

Futbol rompe el duelo por la matanza

Luego de que debutara el equipo León en el naciente futbol en 1944 surgía un fenómeno en términos de orgullo e identidad y al año siguiente, en 1945, nacía el segundo equipo de futbol profesional en la ciudad, el San Sebastián, Alfonso Guerra encabezaba a los directivos que tuvieron el apoyo del empresario Carlos A. Obregón (el mismo que en diciembre de 1945 aceptó la candidatura de la Unión Cívica Leonesa) para la construcción de su propio estadio en una parte del rancho de La Martinica.

Sería el futbol el que rompería el duelo por la matanza del dos de enero y el en ese mismo mes, el domingo 20, (en el aniversario de la fundación de la ciudad) los Esmeraldas enfrentarían al equipo Moctezuma, este partido se había pospuesto días antes por los trágicos hechos y una semana después de jugaría por primera vez en el "Fernández Martínez" el naciente "derby" local entre el León y San Sebastián, que terminó en empate.

Posteriormente, el domingo tres de febrero, ante un ambiente de moderada alegría, fue inaugurado el parque San Sebastián (que luego fue llamado La Martinica) con un empate entre los locales y el América. Las tribunas de sol todavía no se terminaban.

Sin castigo

A un mes de la matanza del dos de enero cambiaron muchas cosas en León, el doctor Ignacio Quiroz (quien era director del Hospital Civil antes de ser candidato por el PRM) salió de León para plantear su renuncia al Gobernador (según indican informes de los dirigentes de la UCL) y nunca regresó (se mudó a Querétaro) por lo que no fue Presidente Municipal ni 48 horas.

Por su parte el gobernador Ernesto Hidalgo, quien asumió el cargo el 26 de septiembre de 1943, se fue el 8 de enero de 1946 por la puerta trasera, señalado como el culpable de la matanza, pero nunca fue castigado.

En lo que respecta a los mandos militares que estuvieron directamente involucrados en los hechos, fueron enviados a su base en Irapuato.

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) dio a conocer hasta el 1 de febrero que los coroneles Emilio Olvera Barrón (quien era responsable de la Guarnición de León) y Pablo Cano Martínez (que era Jefe del Estado Mayor de la XVI Zona Militar de Irapuato) fueron puestos a disposición del Ministerio Público Militar y los encarcelaron junto con otros subalternos como el teniente coronel Jesús Hernández Orozco, en lo que duró su proceso.

Serían absueltos meses más tarde de los cargos criminales y solamente fueron infraccionados por faltar "a sus deberes militares".

Presentan informe

Tras la trágica noche, designó la Suprema Corte de Justicia de la Nación a los magistrados Carlos L. Ángeles y Roque Estrada para viajar a León y realizar una investigación y posteriormente presentaron su informe el 31 de enero y en él se consignaría la verdad legal.

"Las garantías individuales de los leoneses fueron violentadas igual que su derecho al voto y se cometieron delitos federales. Se establece el evidente triunfo de la Unión Cívica Leonesa y lo más importante, que los militares dispararon sin provocación de por medio y contra la población inerme".

En el transcurso de ese mes se publicarían desplegados en diarios capitalinos y se realizarían diversas protestas y manifestaciones de apoyo en el país por los hechos ocurridos en León. 

Entre estas manifestaciones sobresale el paro solidario de comercios e industrias en todo el estado de Guanajuato que se realizó el día 11, la cual fue convocada por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y la Confederación de Cámaras de Comercio.

También destacó el día 14 la muy concurrida marcha silenciosa en la Ciudad de México que terminaría en el Zócalo.

Finalmente, a dos meses de las elecciones, llegó la victoria anhelada por los leoneses quienes no se vencieron nunca, ni aún en las horas más dolorosas y de este modo con sangre y lágrimas, habían cambiado la historia de León.

Luego de los hechos nació un corrido en honor de los mártires del 2 de enero.

Corrido de los hechos del 2 de enero

(Con música al ritmo del "Hijo desobediente")

Voy a quitarme el sombrero

para empezar a cantar

lo que pasó el dos de enero...

¡Ni me quisiera acordar!

Oiga toda la Nación

como a unos hombres cabales

asesinaron en León

los soldados federales.

Fue una terrible matanza

¡Hay, qué de sangre corrió!

lloro nomás de acordarme

lo que mi pueblo sufrió.

Querían municipio libre

todas las gentes de León,

y el 16 de diciembre

votaron por Obregón.

Pero el partido Perreme

el triunfo desconoció

y aquí fue donde la gente

como un león se levantó.

¡Hay, qué pueblo tan valiente

en defender sus derechos!

¡Todos pusieron de frente

a los fusiles los pechos!

El miércoles dos de enero

cuando el sol ya despuntaba,

la gente salió a la calle

a averiguar qué pasaba.

Y fue muy grande su muina

al ver que la imposición

nombró a Quiroz presidente

y no a Carlos Obregón.

¡Oh, qué burla tan sangrienta

para este pueblo tan leal,

que siendo así se le enfrenta,

aunque pague bien por mal!

Como señal de protesta

el trabajo se paró

y como es un día de fiesta

pronto el jardín se llenó.

¡Qué coraje se miraba

en este pueblo burlado!

¡Su libertad y su honor

se lo habían atropellado!

Al ver al pueblo furioso,

Quiroz cambió de repente

y a Trueba Olivares dijo:

"Por favor, calmen a la gente".

"Esta gente no se calma",

le contestó el Licenciado,

"Renuncie a la Presidencia

y el asunto está arreglado".

Quiroz se fue a Guanajuato,

pero el pueblo insatisfecho

exigía triunfo completo

o morir por su derecho.

Así pasaron las horas,

con el comercio cerrado,

y el pueblo como una fiera

por las calles enojado.

Ricardo Hernández Sorcini,

presidente de la Unión,

estaba en las oficinas,

en permanente sesión.

A las nueve de la noche.

¡Qué hora tan señalada!

empezó la balacera

contra la gente agrupada.

¡Qué crimen tan más villano

pues la gente no iba armada!

¡El feroz coronel Cano

ordenó carga cerrada!

Hombres, mujeres y niños

como espigas se doblaban:

¡Ni ante la sangre inocente

los soldados se paraban!

¡Pobrecitas criaturas

que en esa noche cayeron!

¡¿Cuál fue el crimen horroroso

que esos niños cometieron?!

¿Y cuál fue el crimen, señores,

de los hombres balaceados?

Sólo pedían una cosa:

¡Gobierno de hombres honrados!

¡Madre Santa de la Luz,

ten compasión de tu pueblo!

Dile al Señor en la cruz

que le dé paz y sosiego.

Yo vi correr mucha sangre

en tan terrible desgracia,

¡Qué caro cuesta a los pueblos

conquistar la democracia!

Yo pregunto respetuoso

si la misión del soldado

es asesinar al pueblo

cuando lo ve desarmado.

No, soldados mexicanos,

vuestra sagrada misión

no es asesinar hermanos,

sino darles protección.

Pero esos que ametrallaron

a hombres valientes y leales,

no son soldados, señores,

son los peores criminales.

Los federales tiraban

hasta contra la Cruz Roja;

al decirlo da tristeza

y hasta el alma se acongoja.

Ya no quiero referir

tan horrenda matazón,

que nomás de recordarla

se me parte el corazón.

Cuando se oyó el tiroteo,

todo León se conmovió.

Las familias preguntaban

¿Qué ha sido lo que pasó?

Desde el centro hasta los barrios

se escuchaban las sirenas

de la Cruz Roja que andaba

mitigando tantas penas.

En el puesto de socorros

yo vi más de 100 heridos,

fueron puestos en la sala,

y hasta en los patios tendidos.

Los doctores muy activos

y también atribulados

curaban a los heridos

con los ojos empañados.

Nuestros buenos sacerdotes

¡Qué celosos y qué amantes!

Los santos óleos ponían 

a muchos agonizantes.

¡Qué noche tan espantosa!

¡Los perros tristes aullaban

y en el cielo las estrellas

parecía que hasta lloraban!

¡Oh, mi gran pueblo de León,

pueblo valiente y honrado,

contigo en mi corazón

tus desgracias he llorado!

Por tu valor y tu nombre

eres un León de verdad,

con tu sangre conquistaste

tu honor y tu libertad.

Aquí termina el corrido,

voy a ponerme el sombrero:

señores les he cantado

lo que paso el dos de enero.

CM