Una estafa a la vista de todos en las calles, mercados y plazas públicas de Celaya. Una banda de al menos ocho integrantes son los encargados de estafar a los ciudadanos a plena de luz del día y sin que muchos de ellos se percaten de que han sido engañados.
El ‘modus operandi’ de los estafadores ya es viejo. Una antigua estafa que parecía olvidada y que ha renacido con fuerza en Celaya: ‘¿Dónde está la bolita?’. Varias personas que actúan de ''ganchos'' hacen aspavientos tras simular que han ganado dinero. La gente se acerca, se forma el corrillo y vuela el dinero. Algunas personas son incluso intimidadas para que prueben y apuesten al menos una vez.
La banda tiene una forma de operar muy estudiada. Dos hombres cuidan cada movimiento. Estudian a las personas que se acercan y los convencen para apostar. La llamada del dinero fácil hace el resto y ya son decenas de vecinos de Celaya los estafados.
Los estafadores gritan para llamar la atención de la gente:
“¡Aquí gana porque gana!, ¡Si quiere ganar tiene que meter, apueste y gáneme!, ¡De lo que guste, lo que traiga, 100, 200 o 500 pesos, échele, échele!”
El operador indica que el apostador deberá observar las tres tapitas. En una de ellas el operador simula depositar una bolita que deberá ser encontrada por el apostador, sin embargo, ésta nunca entra en el juego, pues el operador la esconde en una de sus manos, por lo que el apostador por más intentos que juegue, los perderá.
En cuestión de minutos la curiosidad y la ambición los hace participar perdiendo de 100 a 500 pesos por apuesta
Al lugar se acercan decenas de personas, algunos solo acuden a observar, otros tantos caen en sus redes, otros reclaman que están siendo estafados y otros simplemente pasan de largo.
“Yo me acerqué a ver como se estafan a la gente. Lo hacen rápido como en media hora estafaron a varios… Mínimo unos cinco mil se ganaron, ellos tienen muchos cómplices. Según ellos apuestan dinero tras dinero, cada vez apuestan más para que te animes y cuando ya te das cuenta ya no traes ni para el camión para que te regreses a tu casa”, declaró uno de los peatones.
En menos de una hora, alrededor de cincuenta personas se acercan a ver.
Aunque los transeúntes reconocen que el juego es una estafa, la curiosidad, necesidad e incluso el orgullo de creer que podrían ganar los llama a apostar. A un mínimo de 100 y un máximo de 500 pesos por apuesta los estafadores pueden recaudar una media de 5 mil pesos por hora.