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De localizar a su hermana en una fosa a perder la vida a tiros, él era Javier

El abogado de 27 años se convirtió en un buscador, primero de su hermana Guadalupe Barajas, luego de más víctimas. Este 29 de mayo lo asesinaron

Escrito en GUANAJUATO el

Salvatierra, Gto-. Su lucha parecía incansable. Pasó un año buscando a su hermana Guadalupe Barajas Piña, la maestra Lupita, como muchos la conocían. Una mujer de 32 años de la que solo localizaron restos el pasado 29 de febrero. Tres meses después, el crimen alcanza a su hermano Javier, lo asesinaron a tiros este 29 de mayo.

Javier Barajas Piña tenía 27 años, de profesión era abogado, pero se había convertido en un buscador de personas desaparecidas, tras ser víctima indirecta de la desaparición de su hermana, eso lo empujó a colaborar en la Comisión Estatal de Búsqueda de Guanajuato.

Este 29 de mayo Javier estaba en la calle Abasolo, en Salvatierra, eran las 10:30 p.m. cuando las ráfagas lo alcanzaron, según medios locales, al menos 15 disparos sonaron entre las calles aledañas. Su cuerpo quedó en la banqueta, los vecinos pidieron ayuda al servicio de emergencias, pero Javier había muerto al instante.


La vida de Javier dio un giro desde que desapareció su hermana, dejó de ser un ciudadano común para convertirse en un buscador de tiempo completo, primero lo hizo junto a su familia, pero luego se unió a la Comisión de Búsqueda como “funcionario”, aunque de acuerdo con sus compañeros su papel era el de un hermano, un humano sensible ante el dolor ajeno, que aunque ya había localizado el cuerpo de su hermana seguía ayudando a los demás familiares para localizar a sus desaparecidos.

COMISIONES DE BÚSQUEDA EXIGEN INVESTIGACIÓN

Este 31 de mayo, al filo de las 7 de la noche, las Comisiones de Búsqueda en el país condenaron el asesinato y exigieron una “investigación pronta y efectiva”, asegurando que Javier “estuvo dirigido a la búsqueda de verdad y justicia para las personas desaparecidas y sus familias en su estado”.

“El trabajo de Javier en los últimos meses, primero como hermano de Guadalupe y luego, además, como funcionario de la Comisión Estatal de Guanajuato (…) Exigimos a la Fiscalía General del Estado de Guanajuato una investigación pronta y eficaz para dar con el paradero de la o las personas responsables de dicho crimen”.

El luto y pésame fue enviado a la familia Barajas Piña, quienes luego de perder a Lupita, pierden a Javier. Las comisiones de 30 estados firmaron esta postura, y se compartió el comunicado en redes sociales provocando la reacción de las autoridades, entre ellas la de la secretaria de Gobierno, Olga Sánchez Cordero, quien dijo unirse a las voces de condena por el crimen de Javier. “Pido una investigación expedita y castigo a los responsables”.

CASO LUPITA

El 29 de febrero del 2020 la maestra Lupita salió de la casa de sus padres, ubicada en el centro de Salvatierra, a comparar el desayuno, y nunca volvió.

Guadalupe era docente de la primaria Guadalupe Victoria de la Valencianita, en Irapuato, Pero iba a visitar a sus padres los fines de semana a su lugar de origen, Salvatierra. De acuerdo con sus familiares su última conexión en whatsapp fue a las 10:25 a.m. de ese sábado. Ya no sabían más de ella, ya no contestaba las llamadas, ni tenían rastro de su paradero en hospitales, hoteles, ni entre sus conocidos.

La angustia comenzó, su ficha de búsqueda se compartió en redes sociales, y ya era un caso sonado en todo Guanajuato. Pasó un mes, dos meses, tres meses, nadie la encontraba.

El 28 de octubre la Comisionada Nacional de Búsqueda, Karla Quintana dio una noticia estremecedora: el predio Rancho Nuevo, en Salvatierra, se había convertido en la fosa clandestina más grande en el estado, ahí, hallaron los restos de 59 personas.

Los cuerpos no estaban enterrados en un solo lugar, pues se hicieron al menos 52 excavaciones con un equipo formado por 80 buscadores: entre familiares de desaparecidos, autoridades, militares y policías que trabajaron jornadas de 18 horas, durante 9 días seguidos.

El sufrimiento de la familia de Lupita seguía, no la localizaban. El 19 de febrero, diez días antes de cumplirse un año de su desaparición, informaron a sus familiares que sus restos habían sido localizados en una de las fosas de Salvatierra. Ahí, todo paró. Guanajuato estaba de luto.

Su hermano Javier no descansó con solo encontrarla a ella, decidió ayudar a los familiares de personas desaparecidas, y los acompañaba en las jornadas de búsqueda. Su lucha seguía, pero le arrebataron la vida.

IO/PR