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Cinco historias para recordar la nevada que blanqueó León hace 22 años

El termómetro estaba bajo cero. Mientras alguien abría la ventana para ver caer la nieve, otros se acurrucaban en su cama con mucho frío. Hubo quiénes faltaron al trabajo por no perderse el espectáculo. Era un sábado por la mañana, y las hojas de los árboles se vistieron de blanco

Escrito en GUANAJUATO el

“Ese día abrí la ventana y vi muchas pelusas blancas. Dije: ¿a poco está nevando?”, cuenta el señor Paulino.

Hace más de dos décadas muchos leoneses vieron caer la nieve. Era un sábado 13 de diciembre, pero del 97. En León nevó. El señor Paulino tenía 54 años cuando los árboles se tiñeron de blanco.

Don Paulino pasaba la tarde en el Jardín Principal .  

“Ese día vi muchas pelucitas blancas, y debajo de mi casa había unos árboles, porque yo vivía cerca de un río, ahí en el Coecillo. Todos estaban llenos de nieve, vi todos los arbolitos blancos. Era la novedad pues”.

Mientras el señor Paulino veía desde sus cristales, doña Mari, una vendedora de periódicos estaba dormida mientras nevaba.

“Cuando me levanté sentía mucho frío, yo creo por la nieve que cayó. Pero ya no alcancé a ver nada porque estaba dormida, solo sabía que había nevado pero, más temprano”.

 

Doña Mari vende periódicos en la zona centro.

La señora Mari vivía con sus papás en la colonia León 1, y tenía 27 años cuándo nevó.

Ese día era memorable. Las personas lo recuerdan y sonríen cuando lo cuentan. Fueron dos horas de diversión, de alegría. 120 minutos en los que muchos niños salieron de sus casas para jugar con sus vecinos, como el caso de Diego, un chico que ahora tiene 30 años.

“Claro que me acuerdo, era sábado. Salí a jugar, a aventar bolas de nieve con mis amigos”, platicó muy entusiasmado.

Diego recordó esa fecha mientras compraba un cigarro 

Eran las 7 de la mañana cuando cayó la nieve, según las crónicas del Archivo Histórico. El termómetro estaba bajo cero, llovía ligeramente, y la gente decía que era agua nieve, pero después se congeló y se convirtió en nieve. 

Las plantas y los árboles se tapizaron de nieve

El señor Celso se dedicaba a bolear zapatos. Ese sábado se levantó como lo hacía todos los días. Preparó sus cosas y se fue a trabajar al centro, pero notó que era un día diferente. La Plaza estaba sola, no había muchas personas dijo don Celso y la temperatura era igual de fría que las plantas de alrededor. Un testigo dijo que mucha vegetación murió, porque el termómetro estaba bajo cero.

“Ese día estaba muy solo. Casi no tuve trabajo, pero tenía que venir a bolear. Todo estaba blanco, los árboles de aquí del centro, las plantas”.

El señor Celso es bolero desde hace 25 años.   

Aquella vez el espectáculo sorprendió a la mayoría, pues habían pasado 70 años de la última vez que nevó en el municipio. Los barrios y las calles estaban tupidos. La gente se revolcaba en la nieve, no importaba mucho el frío, lo que querían era recordar ese día como una mañana blanca.  

Don José prefirió quedarse a ver la escena con su familia. Ese día no fue a trabajar y le dijo a su esposa que se quedaría para ver caer la nieve. Era un sueño del que no quería despertar.

“Yo me asomé por la ventana y dije: ¡está nevando, no voy a ir a trabajar! La gente estaba muy sorprendida, muchos se fueron a la sierra a ver la nieve. Ese día me quedé en mi casa. No tomé foto porque las cámaras que había eran desechables”.

Don José recordó la nevada del 13 de diciembre de 1997. 

Ese sábado se convirtió en un recuerdo casi imposible de borrar. Hace 22 años cada uno de estos testigos guardaron una historia para contar.