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Boleros llenan el centro: un regreso para darle brillos a los zapatos

Con una sonrisa grande y un cepillo que limpia cada detalle, 22 boleros regresaron al centro de León. Después de 6 meses los señores vuelven a sus carritos

Escrito en GUANAJUATO el

León-. Para los boleros un carrito color café lleno de cepillos y de crema para zapatos es su casa. También el centro histórico es su casa. Llenar la plaza principal se convierte en una alegría, son 22 señores sonriendo porque vuelven a dar brillo a sus clientes después de 6 largos meses.

De 48 boleros registrados en la dirección de Comercio y Consumo de León solo 22 regresaron al centro, la semana pasada.  En la entrada a la plaza hay una fila larga, todos están formados con su carrito, los separan unos dos metros de distancia y unas bancas. Algunos tienen clientes, otros descansan, pero la mayoría dicen estar “contentos” por ocupar las plazas y tener trabajo de nuevo. 

Uno de los primeros en la fila es Don Celso, dice que los “reubicaron” en un espacio provisional para prevenir contagios de Covid-19.

“Poco a poquito, a partir del jueves nos reubicaron acá afuera, solo una parte de boleros… esperemos pronto estar en nuestro lugar, lo hicieron como para prevenir el contagio. Ahorita ya las bancas están libres, ya se puede sentar cualquier ciudadano, parece que ya se va abriendo un poquito, eso nos da alegría, parece que ya se está normalizando”.

Platica que la recuperación es “poco a poquito”, con dos días en la plaza mantiene la esperanza de regresar a la normalidad.

 

 

Unos pasos más adelante está Efrén, platica que a pesar de que su número de clientes pueda bajar con el regreso de los demás boleros “lo que queremos es trabajar”, dice mientras bolea los zapatos negros de un señor que lee el periódico.

“Apenas tenemos dos días, y hoy tres días. Me llegan como unos 8 clientes, ya sale para la comida. Ahora que entren los demás (boleros) lógicamente que va ser menos, pero está bien, lo que queremos es trabajar, todavía faltan 26. Estamos contentos por haber vuelto a trabajar”.

El ambiente en el centro vuelve a la nueva normalidad: gente caminando, niños comprándole a los globeros, novios sentados en las bancas, vendedores ambulantes, adultos mayores descansando en la plaza. Y es que hace una semana retiraron las vallas y cintas de precaución de las bancas, el semáforo amarillo de reactivación permite la apertura de más lugares públicos. Hay que considerar que la pandemia aún no termina.

 

El regreso es “lento” dice el señor Andrés. Platica que durante los 6 meses que el centro estuvo cerrado él estuvo en casa, y ahora está “menos estresado”.

“Pues ha sido un poquito menos, hasta que la gente maso menos se ubique se va ir reactivando. Es completamente lento, estuve en casa, pues ahora me siento menos estresado, contento. Una alegría, cómo no, después de 6 meses”.

En la parte de atrás está Don Jacobo: “los clientes andaban disgustados porque no estábamos aquí, venían muchos clientes de fuera y no nos encontraban”.

 

Con tres días de trabajo dice estar “contento” y “agusto”. Su alternativa fue irse a trabajar hace un mes afuera del Teatro Manuel Doblado, pero solo hacía “tres boleaditas”.

“Ahí estuve en el Doblado yo, de un mes para acá. No es lo mismo, ahí me hacía unas tres boleaditas todo el día. Ahorita ya tres, cuatro, cinco, apenas estamos empezando. Estoy contento, estoy agusto”.

Los boleros confiesan que aquellos que regresaron son los que tienen más tiempo en el oficio, para fin de mes se reincorporan todos, los 48 boleros de la zona centro.

Por ahora, aquellos hombres que le dan brillo a los zapatos regresan con una singular alegría y las esperanzas de recuperar su economía.