La noche del pasado martes 8, dos tráileres cargados de balas salieron de la fábrica de cartuchos Industrias Tecnos, en Cuernavaca, Morelos. Su destino eran los Estados Unidos.
Allá, en una pequeña ciudad llamada Helotes, en el centro de Texas, está la importadora que desde ahí distribuye las municiones a los cinco continentes.
El recorrido de Cuernavaca a Helotes es de aproximadamente un día completo por carretera, teniendo en cuenta que, por la naturaleza del cargamento, hay que hacer el mínimo de paradas posibles.
Los dos tractocamiones iban escoltados por vehículos de una empresa de seguridad privada, a cargo de custodios. Este tipo de embarques son monitoreados en su trayecto por la Secretaría de la Defensa Nacional, como en sí lo es todo el proceso de la fabricación balística. La fábrica de proyectiles, sus insumos y destino de la producción, tiene que seguir normativas de la Sedena.
Por eso, los camiones eran rastreados vía GPS por militares desde la XVI Zona Militar.
PIERDEN LA SEÑAL
El convoy había dejado atrás Querétaro, y avanzaba por la carretera federal 57. Pasó por San Luis de la Paz, y en un punto intermedio con San Diego de la Unión, el rastreo del GPS se perdió. Es zona montañosa, pero no tanto como para perder señal.
Eran aproximadamente las 0:30 horas del jueves cuando desde la XVI Zona Militar se dio la voz de alerta a otras corporaciones: Guardia Nacional división Caminos, Fiscalía General de la República, y del propio Ejército mexicano operando en la zona.
Al paso de las horas, fueron encontrados los tractocamiones pero ya sin los remolques (una caja seca de la marca Fruehauf y la otra marca Altamirano). Estaban también los vehículos escolta con los custodios, quienes dijeron haber sido interceptados por un comando armado.
El faltante es un cargamento de más de 7 millones de balas, de diferentes calibres.
DESDE CUERNAVACA HACEN BLANCO EN TODO EL MUNDO
Industrias Tecnos, la empresa fabricante de los más de 7 millones de balas que fueron robadas en Guanajuato, está asentada en Cuernavaca y opera desde hace 60 años.
El calibre .22, cartucho deportivo, es de los más vendidos por la compañía. (Foto: especial)
Fabrica la marca Águila, así que es el nombre más común con el que se conoce a la empresa. “Aguila Ammuntion” es la marca que se exporta, de Cuernavaca al mayorista “Centurion” en Texas, y de ahí al resto del mundo.
Los cartuchos de postas calibre 12 también estaban entre el parque robado por asaltantes en Guanajuato. (Foto: especial)
Es proveedora del Ejército y de las corporaciones de seguridad pública nacionales. Además surte a las fuerzas armadas de distintos países.
CUESTIÓN DE SEGURIDAD NACIONAL
La planta da trabajo a 750 empleados, quienes al inicio de la pandemia por covid-19 enfrentaron un conflicto laboral a raíz de algunos contagios que surgieron en la fábrica.
En abril de 2020 los obreros se fueron a paro ante el riesgo de que la enfermedad siguiera propagándose. El sindicato peleaba por salarios íntegros durante el receso; la patronal les ofrecía un sobresueldo de 20 % por seguir asistiendo.
La empresa argumentaba que la operación de la planta es esencial para la seguridad de México y la de los países a donde son exportados sus productos.
La fábrica no ha estado exenta de accidentes. El más reciente está registrado en febrero de 2015, cuando una explosión costó la vida de dos trabajadores y lesiones a varios más. La onda expansiva dañó casas alrededor de la empresa.
La empresa enfrentó un paro laboral el año pasado, en medio de la contingencia sanitaria. (Foto: especial)
En febrero de 2017 hubo otra explosión en el área de mezclado de químicos, que dejó lesionadas a por lo menos dos personas.
CV