León.- Después de los festejos de Nochebuena, los leoneses se curan la resaca navideña de diferentes formas.
En una gran parte de las casas se acostumbra hacer comida tanto para la cena de Navidad cómo para el recalentado del día siguiente.
Sin embargo, también existen muchos que prefieren buscar los tradicionales desayunos que se venden en las calles y en los mercados públicos de la ciudad.
Lo tradicional es consumir un plato de menudo de res, preparado con aguacate, cebolla, cilantro, chile de árbol, salsa de molcajete, quesadillas con tortilla gigante de rancho y una cerveza.
Muchos otros prefieren un buen plato de birria de chivo, borrego o res, acompañada con consomé, y, como dicen en el barrio, con pasto y llorona, y picante al gusto.
Algunos otros prefirieron los clásicos chilaquiles, rojos o verdes encebollados y espolvoreados con queso fresco, así como con frijolitos refritos, huevo estrellado en salsa roja y bolillo.
Y para la cruda navideña, un plato de birria con una cerveza bien fría. (Foto: La Silla Rota)
Y como recalentado los leoneses acostumbran comer tamales dorados en comal, pozole rojo, pozole verde, el ponche, pierna horneada, lomo de cerdo, los buñuelos, el atole, quesadillas con guisado, entre otros platillos que se consumieron la noche anterior.
También es una tradición en León el recalentado del bacalao y los romeritos con el pavo.
Muchos otros también acostumbran consumir el caldo de camarón, caldo de mariscos, tostadas de Camarón, ceviche, pulpo, aguachiles, acompañados de una cerveza michelada arreglada con camarones.
Ya avanzada la tarde en León también es una tradición curarse la cruda del tequila o de la desvelada con una guacamaya (bolillo regional especial para salsa de pico de gallo, con chicharrón duro y aguacate), bien picosa y una cerveza bien fría.
Apenas pasó la fiesta de Navidad y en una semana se volverá a repetir el ritual con la tradicional cena de Fin de Año y el recalentado de Año Nuevo.
JP