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Así es la vida del hombre más obeso del mundo

Vive en Guadalajara, pero es oriundo de Aguascalientes. Pesa 595 kilos, 220 kilos menos que antes de comenzar su tratamiento, que le redujo el estomago 80%

Escrito en ESTADOS el

Tiene 33 años, es mexicano y cuenta con un récord Guinness: ser el hombre más obeso del mundo. Su nombre es Juan Pedro Franco, pesa 595 kilos, 220 kilos menos que antes de comenzar su tratamiento, el cual le redujo el estómago en un 80%.

Vive en Guadalajara, Jalisco, pero es oriundo de Aguascalientes. El caso de Pedro se dio, según los médicos, por una dieta no adecuada unida al descontrol que tuvo de su tiroides.

Su situación ha mejorado, antes no podía moverse de su cama, ahora ya hace ejercicio, aun así será sometido a un bypass gástrico que lo acercará durante los próximos meses a un peso saludable.

La infancia de Franco fue difícil, aunque la califica de “normal”.

"Mi vida de niño era de juegos, de jugar con mis amigos a fútbol, de estar en la calle. Era una vida divertida"

Reconoce que desde pequeño tuvo problemas de obesidad. A partir de los seis años, anualmente subía 10 kilos.

Para él y su familia su sobrepeso era “normal”, pues cuando fuera grande se la iba a quitar, pero no fue así, al contrario, empeoró a tal grado que a los 15 años pesaba 200 kilos.

Con el aumento del peso vinieron las burlas, luego los golpes, la crueldad llegó a tal grado que tuvo que dejar la escuela. No terminó la secundaria.

El sueño de Juan Pedro era ser mecánico o chofer de un tráiler, también tiene el gusto por cantar y tocar la guitarra.

Le gustan los clásicos de Javier Solís, Juan Gabriel o Vicente Fernández.

Todo se complicó aún más cuando a los 17 años tuvo un accidente automovilístico que lo dejó en cama durante mucho tiempo, lo que provocó que aumentara más de peso.

Cinco años después ya pesaba 330 kilos. A partir de ese momento acudió a la ayuda médica, donde logró bajar 80 kilos, pero de ahí no bajo más y el rebote regresó.

A su obesidad se sumarian enfermedades como neumonía, la cual lo dejó en cama con oxígeno, hasta entrar en coma hace siete años.

Consiguió salir del coma, pero se sumaron los problemas de salud que venían con la obesidad: pulmones, hipertensión, diabetes o hipotiroidismo.

Su familia lo ha apoyado con su enfermedad. Herminio, su padre, empaqueta bolsitas de muesli y alegrías que arman entre toda la familia.

Su madre, María, dejó el trabajo para dedicarse al cuidado de su hijo, a su vez prepara la cena y a ratos teje coloridas bufandas, junto con Juan Pedro, quien asegura le ayuda a calmar la ansiedad.

Franco tiene tres hermanos quienes quedaron en Aguascalientes, quien si lo acompañó a Guadalajara fue su perro Barbas.

"Cuando me pongo mal, él me despierta, es como si fuera mi alarma. Y además es mi guardaespaldas".

Su llegada a tierras tapatías tampoco fueron sencillas, conseguir casa fue todo un reto, pues no le querían rentar la casa al descubrir que era para él.

La discriminación lo agobiaba, ya no, la acepta, aunque sabe que no debería de hacerlo y relata con gracia, entre risas: "Yo llego a la tienda de ropa y me preguntan: ‘¿cuántas X?’ Y yo les digo… ¡pues todas!".

Actualmente Juan Pedro sueña con volver a caminar, manejar, poder trabajar, o volver al templo donde tocaba y cantaba con el coro.

La lucha sigue para él, sabe que el reto es grande y que no todo está perdido, por ello no baja los brazos para dejar atrás ese récord que lo atormenta.

Con información de la BBC

rgg