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Así es ‘La Fortaleza’, la nueva cárcel de Mario Aburto en Ocampo

Celadores involucrados en la fuga de El Chapo, un ex guerrillero chileno sentenciado por secuestro y ‘peces gordos’ del crimen organizado serán sus compañeros

Créditos: Especial
Escrito en ESTADOS el

La Fortaleza está ubicada en una llanura de cielo casi siempre despejado al norte del estado de Guanajuato. Si alguno de sus internos pudiera asomarse por una breve rendija, solo vería una infinita planicie semidesértica. Pero no pueden. 

“Cero riñas, cero motines, cero fugas”, es una de las misiones clave del Centro Federal de Readaptación Social No. 12, CEFERESO 12, en la comunidad de Piedras Negras, en el municipio de Ocampo. El miércoles 21 de octubre este penal de máxima seguridad agregó un reo más a sus filas: Mario Aburto Martínez, uno de los más polémicos personajes de la historia contemporánea del país. 

Aburto Martínez tiene 50 años. La mitad los ha pasado en una cárcel. Las versiones oficiales sobre el magnicidio perpetrado contra Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas, entonces candidato del PRI a la presidencia de la república, indican que su último día en libertad fue el 23 de marzo, un miércoles de 1994 en Tijuana. Tenía 26 años y asesinó a quien con seguridad sería el presidente de México. 

Aunque las múltiples teorías del caso han sido motivo de incontables libros y, en la era  del streaming, de series, la versión oficial indica que Aburto fue declarado culpable un año después del atentado y condenado a 45 años de prisión de los cuales ya ha purgado más de la mitad. 

El CEFERESO 12 de Ocampo tuvo una inversión de 4 mil millones de pesos. En 2015,  Danner González Rodríguez, entonces diputado de la LXII Legislatura federal expuso que el “Cefereso No. 12 de Ocampo (…) tiene una población de 2 mil 520 reos y su capacidad es para mil 820 personas”. Los datos oficiales indican que en las ocho “fortalezas” que existen en el país caben hasta cuatro mil internos. 

Se le conoce por su nivel de blindaje. En caso de ser atacadas, los responsables de su no vulneración tienen la opción de usar armas bélicas para repeler a posibles intrusos. En teoría, es infranqueable. 

 

Siete de los celadores involucrados en la fuga de Joaquín Guzmán Loera fueron trasladados al penal de Ocampo en 2015. Este año el ‘Comandante Emilio’, condenado por secuestro a 60 años quien fuera un ex combatiente contra la dictadura de Pinochet en un grupo radical guerrillero en Chile. También están alguno de los jefes de sicarios de los más sangrientos cárteles mexicanos.

La fortaleza de Ocampo está construido sobre un terreno de más de 80 hectáreas, con acero, concreto y vidrios con blindaje nivel cinco. Es enorme. Cuenta con 128 edificios, cinco módulos de internamiento, aduanas de ingreso. 

El monótono gris con blanco y el impoluto color cromo prevalecen. La celda número cinco es la de máximo aislamiento. Un espacio encapsulado de acero y concreto con puertas de cierre remoto en donde son recluidos los de más alta peligrosidad. 

Hay dos módulos de clasificación y vigilancia perimetral y el centro de monitoreo integrado por más de 60 pantallas que observan todo, cada centímetro de este penal, las 24 horas del día y todos los días del año. 

La luz artificial ilumina el interior. Rebota con el piso blanco y produce una incandescencia sostenida. Si alguno de sus internos pudiera ver a través de alguna pequeña rendija cualquier medio día de otoño, se encontraría con el cielo radiante de una zona en donde casi no llueve. Pero nadie puede entrar ni salir de la nueva cárcel que hace unos días recibió a Mario Aburto Martínez.