Main logo

Así celebran a sus “muertos” desde casa

“Te inspiran más porque no puedes ir a verlos” dice Pau, quien tiene a su amigo en el Panteón Municipal y este 2 de noviembre lo recuerda solo con un altar

Escrito en GUANAJUATO el

León-. Paulina y su familia decidieron colgar la “muerte” en su techo. Desde afuera se ve el altar que formaron en su azotea, en el que resalta una catrina con un vestido elegante y un sombrero de terciopelo. Ahí están dos fotos con las caras de sus “muertos”, a quienes no pueden ir a ver al panteón, pero los celebran desde casa.

Este 2 de noviembre fue atípico para las familias por la pandemia del COVID-19. Salud Municipal anunció el cierre de los 8 panteones municipales. Cerca de las instalaciones hay vallas y policías asegurando la zona para no dejar pasar a nadie.  

Por eso, Pau decidió recordar a la mamá de su novio y a un amigo desde su vivienda; con un colorido altar y unas flores de cempasúchil. Dice que este año lo pasaron “mal” por no haberlos visitado como deseaban.

“Pues mal porque no podemos visitar a nuestros seres queridos. Se sintió feo –cuando las autoridades avisaron que cerrarían los panteones- por no poder ir a dar una vuelta. Ahí está la abuelita de mi novio y un amigo”.

Aunque esto fue solo un punto de inspiración para ella. Hizo el altar “más bonito”.

“Pues sí te inspiran más porque no puedes ir a verlos, ya mínimo en tu propia casa”, dice Paulina.

Hacer el altar en honor a los que ya se fueron le costó dos días a la familia de Paulina: del jueves al sábado. “Estuvo medio batalloso”, dice. La catrina “está hecha de unicel”.

Frente a la casa de Paulina vive Marisela, en la colonia Los Ángeles 2. La joven chica preparó el altar de siete niveles en memoria de su papá. En el segundo piso de su casa están las frutas, las flores, una botella de Pepsi, unos “carritos” de juguete y una calaverita del Chavo del 8 “porque a mi papá le gustaba”, cuenta Mari.

Platica que en años pasados se quedaban a comer en a un panteón de Santa Ana del Conde.  Al preguntarle que si es “distinto” este año, contesta:

“Sí, porque siempre íbamos y llevábamos flores a mi papá, nos quedábamos a comer en el panteón. Igual este año le hicimos aquí su altar pero allá le rezábamos. Yo pienso que si cambió porque todos pusimos un granito de arena pero aquí le podemos rezar, poner todo lo que le gustaba”.

Mari “puso unas canciones” del Grupo Pesado a su papá este 1 de noviembre. “Esas canciones le gustaban a tu abuelito”, le dijo a su pequeño de 9 años. Mientras recuerda sonríe. “Norteñas, unas de Grupo Pesado, Amor Eterno”.

Hace tres años que falleció, dice que “todos los días” lo recuerdan.

“En octubre fue su cumpleaños, igual fuimos a visitarlo y ahora pues el Día de Muertos. Que no nos gusta que esté esa foto ahí verdad quisiéramos tenerlo aquí, pero pues así lo quiso Diosito”, platica Mari mientras voltea a ver el altar.

Se da un respiro y afirma que esta pandemia ha provocado pérdidas dolorosas. Como ejemplo pone a quienes no pueden acompañar a las víctimas de COVID-19.

“Creo que si ha sido muy difícil porque varias personas se han muerto sin despedirse; ha fallecido mucha gente a partir de esta pandemia y sí nos tocó de cerca: con la familia de mi esposo hubo cuatro personas que se contagiaron. Un tío falleció, no hemos ido a visitarlos por lo mismo, ni siquiera a darle el pésame fíjate”.

Mari dejó de hacer la limpieza para platicar la situación que ha tomado por sorpresa a muchos. Un Día de Muertos sin flores en las lápidas ni gente en los panteones. “No sabemos ni cuando nos vaya a tocar”, remata.

En otra casa de la misma colonia la señora Juanita muestra su altar y dice que este 2 de noviembre hay “menos alegría”, aun así “se reúne más la familia”.

“A lo mejor es un poquito menos alegría pero lo vivimos igual porque nos da gusto festejar a nuestros muertos. Se reúne más la familia porque vienen a buscar los altares”, dice.

 

 

Desde el 30 de octubre la señora Juanita se fue a “arrimar las flores”, y el sábado terminaron el altar.

Dice que para la gente fue un “pesar” no visitar los panteones.

“Da más pesar porque estás acostumbrado a ir allá (a los panteones), pero yo ya no los tengo allá, los tengo (a sus difuntos) en los templos. Entonces se nos hace más fácil ir a verlos y de todos modos hacerles el altar”.

Así se vivió un 2 de noviembre en pandemia, que en palabras de los leoneses es “muy diferente” y será memorable.