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Abuelitos ¿A qué jugaban ustedes cuando eran niños?

Antes los niños correteaban, jugaban en grupos y con artículos artesanales; ahora tienen como pasatiempos la televisión, celulares y los juegos electrónicos

Escrito en GUANAJUATO el

León.- Parece que fue ayer, pues todavía muchos adultos mayores podemos escuchar los ecos del pasado que quedaron en las calles, jardines y patios, de aquellos gritos, cantos y risas de nuestra niñez, cuando en grupos jugábamos con los vecinos de nuestra edad, diversión y pasatiempos que, algunos de ellos, el tiempo se llevó.

Y digo lo que el tiempo se llevó, porque los niños de hoy, han dejado en el olvido esos juegos en grupo que extrañamos las personas llamadas de la tercera edad, ya que han optado por dedicarse más a los pasatiempos individuales, como pasarse las horas frente a un televisor y jugar solamente a lo que aparece en sus celulares o en maquinitas de juegos electrónicos.

 

A la víbora, víbora de la mar, de la mar, por aquí pueden pasar... (Foto: Especial) 

Es decir, pasan su niñez divirtiéndose sentados, con los consecuentes problemas de salud que esto acarrea, donde sobresale la obesidad infantil por la falta de actividad física.

Muchos juegos del ayer ahora sobreviven sólo en las escuelas y los desarrollan también los niños en colonias donde habitan personas que, por su condición económica, no tienen acceso a una televisión o a dotar a sus hijos de un celular.

Aunque también, a decir verdad, el momento actual se presta para que los juegos del ayer no puedan ser realizados ahora por los niños, con una pandemia originada por el Covid-19 que impide los juegos grupales, por el riesgo de contagios, además de que muchos de estos juegos aún se conocen y se mantienen en el gusto de los niños de hoy.  

Pero vayamos al tema.

LOS ABUELOS CERRAMOS LOS OJOS Y…

Los adultos mayores de hoy, cerramos un momento los ojos y nos vemos jugando a “Los Encantados”, al que le tocaba “encantar” perseguía a los demás hasta que todos los que jugábamos nos quedábamos quietos en el lugar del contacto. El juego se repetía y el primero que era tocado empezaba a “encantar” al resto.

Todavía es del gusto de los niños de hoy el jugar a "Las Escondidas". (Foto: Especial)

También el juego de “Doña Blanca”, donde “el jicotillo” podría atrapar afuera del círculo formado por otros niños y niñas a Doña Blanca y si regresaba al círculo no podía ser atrapada. La o el atrapado pasaba a ser el jicotillo y el anterior se integraba a la rueda humana, y se elegía a otro niño para hacer el papel de Doña Blanca.

Y el “Burro Castigado”, donde un grupo de 4 o 5 niños se abrazaban inclinados en fila y esperaba al otro grupo rival brincara uno por uno hasta caer todos en la espalda de los inclinados. Ganaba el grupo que lograba permanecer más tiempo sin caerse, los inclinados o los encimados.

Estaba también el juego de la “Vieja Inés”: Toc-toc, tocaba la Vieja Inés una puerta ficticia (pared, puerta un poste e incluso sólo se escuchaba la voz), en coro el grupo reunido respondía; ¿Quién es?... la vieja Inés.. ¿qué quieres?... Un listón… ¿de qué color?... Azul… No hay…Verde… Tampoco hay… Rojo… Y el que eligió ese color corría hasta que la Vieja Inés lo atrapara… el juego terminaba hasta atrapar al “ultimo color”, y este último color pasaba a ser la Vieja Inés para reiniciar el juego.

Así como estos juegos había otros igual de divertidos, como el “Matarilerilerón”, “El Patio de mi Casa”, “La Gallina Ciega”, “Carrera de Sacos”, “Ponle la cola al Burro”, “Saltar la cuerda (con su correspondiente “mole”)”, “El Bebeleche (‘Rayuela’)”, “Al Escondite”, “La Silla” y “Las Cebollitas”.

Ponle la cola al burro, otro de los juegos de tradición en todo México. (Foto: Especial)

Y si seguimos con los recuerdos del ayer, podemos escuchar los ecos de “A la víbora, víbora de la mar…”, “Juan Serafín del Monte…” “Hebritas hebritas de oro”, “Este es el juego de Juan Pirulero”, “Los Moros contra Cristianos”, “Mientras el lobo no está”, “A la rueda de San Miguel”, etc.

JUEGOS POR TEMPORADAS

Los comerciantes de aquellos tiempos sí que sabían hacer negocio, dotaban a los pequeños de artículos para jugar por temporadas, ya que sabían que podrían aburrirse de sólo participar en un sólo juego.

Estaba por ejemplo, el tiempo de las canicas, se vendían de cemento, agüitas, tiritos y matalotes… yo tiro primero… yo voy a pares y tú a nones..- Chiras pelas… ya te maté y te gané…, con lo que traíamos los niños de antes los pantalones rotos a la altura de las rodillas. También tumbábamos con canicas soldaditos de plomo o de plástico.

Y de repente todo cambiaba, los comercios dejaban a un lado las canicas y empezaban a vender los trompos de madera, al que enredábamos con una cuerda de la parte de clavo o tornillo hasta la panza y lo aventábamos para hacerlo bailar, lo subíamos a nuestra mano y el que hiciera bailar más tiempo al trompo era el ganador.

Con las canicas se podían improvisar muchos juegos. (Foto: Especial)

También hacíamos una rayita en el suelo y le atinábamos con el trompo, el que dejaba la señal del piquete del trompo más lejos de la rayita tenía que poner su trompo para que lo golpeáramos con los nuestros… o hacíamos malabares como subirlos “bailando” a nuestra uña del "dedo gordo" o con la cuerda los levantábamos para ponerlos en nuestras manos…

Después disfrutábamos de los baleros, algunos lo hacíamos con un bote, le hacíamos un agujero al centro, tomábamos una cuerda delgada y un extremo lo amarrábamos al bote y el otro lo amarrábamos a un palito… y ensartábamos el bote en el palito.

Si había dinero comprábamos uno ya hecho, de madera, y ensartábamos de diversas formas el balero que según el grado de dificultad para ensartarlo era lo que valía en puntos… el que hacía más puntos era el ganador, y donde además contaban los “capiruchos”.

Y se venía después el tiempo de fuertes vientos… entonces aparecían en los comercios las “güilas” y papalotes… o nosotros las hacíamos con papel de china y carrizos, les poníamos unos trapos como cola y los amarrábamos con carretes de hilo… y a volar… el que volaba más alto su “güila” era el ganador.

OTROS JUEGOS

Otro más, el Yo-Yo, el cual tenía una larga cuerda atada que se enrollaba en medio de las dos tapas y se suelta para que vuelva a subir al impulso de la mano, y se podía desenrollar a cualquier dirección que se le enviara.

Había algunos juegos algo exclusivos para niñas, como “Las Comadritas”, “A las Muñecas (de trapo, cartón o de sololoy) y a la “Matatena (con piedritas)”.

También estaban los juegos de mesa, como La Lotería, Serpientes y Escaleras, El Coyote, Dominó, Damas, Damas Chinas…

Con los ojos cerrados vemos todavía soldaditos, caballitos y cañones de plomo, silbatos de hojalata, pirinolas de “toma todo”, carritos o muebles de plástico o de madera, caballitos de palo y y un incontable desfile de juguetes y juegos creados por la imaginación de quienes disfrutamos de nuestra niñez.

Y hoy, ya con los ojos abiertos, vemos cómo empezó a ganar la tecnología, con carritos de pilas y guiados a control remoto, las muñecas estilizadas, las máquinas tragamonedas, los celulares, los drones… pero esa es otra historia que posiblemente habrán de escribir dentro de 50 años los niños de hoy.

JP