PACHUCA.- Activistas feministas y defensoras de derechos humanos de Hidalgo expusieron los tipos de violencia física, sexual y simbólica que atentan contra la dignidad y derechos de niñas y adolescentes.
Durante el conversatorio, "Ser niña y vivir sin violencia en el siglo XXI", Magaly Domínguez, colaboradora de la escuela feminista Código F, explicó que mientras que a los niños se les prepara para ser hombres que tomen decisiones, a las niñas como parte de una violencia estructural, les inculcan decidir a través del papá, hermano, jefe de familia o esposo; aunado a que son excluidas por la edad.
“En la representación social, se dice que por su condición de edad hay que cuidarlas y protegerlas por estar en indefensión, no las tomamos en cuenta como sujetos, sino para protegerlas y decidir por ellas”.
Al respecto, Morrigan Ross, activista colaboradora de la organización Mujeres del Tule en Tulancingo, agregó que también existe violencia física, mutilaciones y acoso sexual contra las niñas, quienes, a su vez, enfrentan violencia institucional o simbólica cuando las autoridades que atienden los casos, generan dudas ante la situación que está pasando la víctima.
“Cuando decimos que las niñas son vulnerables estamos atentando contra su dignidad (…) no hay niñas vulnerables, las hacemos nosotros como Estado, como sociedad al negarles los derechos que ya les corresponden”.
Por ello, ambas especialistas coincidieron que se requieren habilidades, herramientas, y estrategias de cuidado para hacer frente a las violencias, por lo que puntualizaron que los cuidadores y educadores deben incrementar el sentido de la confianza, fomentar el pensamiento crítico y amor propio en las niñas.
Que la niñez tenga una red de apoyo en sus hermanas, amigas y compañeros, así como ayudarlas a identificar las formas de violencia que se viven, además de enseñarles la ruta del acceso a la justicia para que sepan a dónde acudir en caso de que ser violentadas en la escuela, casa, calle o algún templo.
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Magaly Domínguez y Morrigan Ross puntualizaron que en caso de que una niña sufra agresiones físicas o sexuales, se le debe hacer saber que no es su responsabilidad o culpa, sino generar seguridad y empatía.
Así como detectar redes de apoyo en la familia que puedan acompañar durante el proceso de acceso justicia.
(Foto: Captura de pantalla)
jgp