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Tememos más al narco que al covid: autodefensas

Pobladores de Tepalcatepec, en Michoacán afirman estar dispuestos a matar o morir por sus familias; y advierten que su paciencia se acabó con el narco

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Escrito en NACIÓN el

Michoacán.- La pandemia de la violencia en Michoacán, hizo que los pobladores de al menos cinco municipios dejaran el cubrebocas y se pusieran de nuevo, como hace siete años, el chaleco antibalas.

Habitantes de Aquila, Chinicuila, Coahuayana, Coalcomán y Tepalcatepec, volvieron a ponerse las camisetas blancas el pasado 30 de abril.

Anunciaron que, ha sido tanto el asedio y acecho del Cartel Jalisco Nueva Generación, que los contagiaron nuevamente de la necesidad de defender a sus propios pueblos.

El resurgimiento del movimiento civil armado, advirtió que ni la pandemia de coronavirus ha detenido al crimen organizado, que intenta apoderarse de su territorio.

Las autodefensas pidieron a las autoridades estatales y federales no lavarse las manos y atender el problema que ha enfermado de temor a esa región de Tierra Caliente.

Ana Valencia Chávez, exesposa del otrora vocero de las autodefensas, fue la encargada de anunciar en Tepalcatepec el resurgimiento de la lucha civil armada. 

Dijo que es prioridad frenar la violencia que ha dejado más muertos en Michoacán en los últimos meses, que el total de defunciones por COVID-19 en todo el país.

“Cuando no nos inventan una pandemia, nos inventan otra pendejada. Esta violencia que estamos sufriendo, es lo que nos preocupa: esta es la pandemia de Tepalcatepec”. 

Bastó solo ese primer anuncio, para que otros municipios de la Tierra Caliente, Costa y Sierra-Costa, también iniciaran con un plan emergente y no de confinamiento.

Los pueblos anunciaron que han desempolvado las armas, para hacer frente a la contingencia de violencia que los azota.

Precisaron que no es un acto de rebeldía o desafío al estado de derecho; por el contrario, hoy más que nunca decidieron no guardar sana distancia con los gobiernos.

“El pueblo de Tepalcatepec se pone la camiseta blanca en apoyo al gobierno estatal y federal en contra del cartel terrorista CJNG“, sostuvieron.

Ahora, lo que se ve en esa región, es la mezcla de un filtro sanitario para detener la pandemia de COVID-19, y de civiles armados, para impedir el enfermizo asedio criminal

Y es que tras varios meses de fracasados intentos de irrumpir en el territorio michoacano, el CJNG cambió su estrategia delincuencial.

Desde Ciudad Guzmán y Ocotlán, Jalisco, salen desde hace cuatro semanas, avionetas con sicarios y potentes armas que aterrizan en pistas clandestinas de Aguililla.

Aguililla es la tierra del líder criminal Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, quien ha pisado tierra a través de sus células criminales e inmigrantes a su servicio.

La contingencia tampoco le ha impedido al capo michoacano, atacar poblados y familias completas, donde ataca con fusiles de asalto e incluso explosivos de c4.

El primer anuncio de El Mencho, de violencia directa contra las poblaciones, fue el 30 de agosto, cuando intentó irrumpir en Tepalcatepec.

Su objetivo, como lo hizo saber a través de videos grabados por sus sicarios, era asesinar a los líderes de los exautodefensas, entre ellos, Juan José Farías Álvarez “El Abuelo”.

Los pobladores y policías municipales contuvieron y respondieron el ataque perpetrado, en el que murieron 11 sicarios y nueve más quedaron heridos.

El pasado 14 de octubre, el CJNG asesinó en emboscada a 15 policías estatales y lesionó a nueve más. Ese fue el segundo mensaje cruento. 

A partir de esa fecha, la violencia no se ha detenido y ni la pandemia de COVID-19 ha detenido a El Mencho, pero tampoco a Los Viagras, con quien sostienen una guerra.

Los ataques con explosivos desde drones y por tierra en vehículos blindados, hicieron recordar a los pueblos armados, la medicina para acabar con ese asedio criminal.

Hace siete años, un 24 de febrero, Tepalcatepec también fue el primer municipio en levantarse en armas para acabar con el yugo criminal de Los Caballeros Templarios.

El cartel liderado en ese entonces por Nazario Moreno González “El Chayo”, había incrementado las extorsiones, violaciones, secuestros y asesinatos en contra de la ciudadanía.

Cansados de esa violencia, al menos 53 pueblos de 32 municipios, enfrentaron a los templarios, los desterraron, abatieron y, en algunos casos ayudaron a su captura.

Un año después, en enero de 2014, llegó a Michoacán Alfredo Castillo Cervantes, designado por decreto del presidente Enrique Peña Nieto, como su comisionado.

La conformación desde Los Pinos de la Comisión Federal para la seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, tenía como objetico acabar con la violencia.

Sin embargo esa violencia ya había disminuido por el trabajo de las autodefensas. El comisionado Castillo Cervantes, nunca desarmó a los civiles armados como lo afirmaba.

Por el contrario, legalizó sus armas e incluso les entregó muchas más para la transformación de autodefensa a policías comunitarias.

Esas armas, hoy, son la vacuna para la epidemia de violencia que ha llegado al pico más alto en esta entidad del centro del país.

El especialista en seguridad Alejandro Hope, señaló en su artículo del 1 de mayo publicado en EL UNIVERSAL, que en Michoacán la guerra no se detiene ni en tiempos de pandemia.

“A estas alturas, parece poco ocioso preguntar qué pasa en Michoacán. Pasa lo que ha pasado desde hace 15 años como mínimo: hay mucha maña y poco estado”, cita Hope en su columna.

Se acabó la paciencia

Se acabó la paciencia. Juan, ya no puede esperar a que le asesinen a su familia y, por ello, se dice llegar hasta las últimas consecuencias, así le cueste la vida propia.

“Surgimos las autodefensas por nuestras familias; a matar o morir por nuestras familias”, afirmó el hombre, de oficio carpintero, luego de que Tepalcatepec se levantara nuevamente en armas, ante el asedio del Cartel Jalisco Nueva Generación.

Apostado en una de las barricadas luego de que pobladores, nuevamente hicieran público el levantamiento de autodefensas, el padre de familia señaló que es mejor hacer muebles que disparar un arma.

Sin embargo, enfatizó, “prefiero ver viva a mi familia disparando a los criminales, antes que hacerles yo mismo un ataúd de finas maderas a mis seres queridos”, expresó.

Techado por un clima de 40 grados, Juan toma su arma, la mueve de un lado a otro y se dice listo para que, junto con sus compañeros, blinden un acceso a ese municipio.

No dice más, porque espera que se haga público el resurgimiento de las autodefensas; movimiento civil armado, al cual, a partir de este jueves, ya se unió por voluntad.

La encargada de hacer el anuncio fue Ana Valencia Chávez, exesposa del otrora vocero de las autodefensas, José Manuel Mireles Valverde.

“Nosotros no somos autodefensas de televisión; somos autodefensas que cuidamos el pueblo, porque si quieren que regresemos a los tiempos de atrás, podemos regresar; ustedes decidan”, arengó Valencia Chávez a los pobladores en la plaza principal.

Recordó que, en febrero de hace 6 años, Tepalcatepec fue el primer pueblo, junto con La Ruana, donde surgieron las primeras autodefensas del país.

Dijo que Tepalcatepec sigue vestido de blanco como ese 14 de febrero del 2014, en alusión a las playeras que portaban los pobladores, para confirmar el resurgimiento.

En su conjunto, los pobladores llamaron a las autoridades estatales y federales para combatir juntos al Cartel Jalisco Nueva Generación.

“El pueblo de Tepalcatepec se pone la camiseta blanca en apoyo al gobierno estatal y federal en contra del cartel terrorista CJNG “, cita su mensaje escrito en una manta.

Los múltiples ataques a familias enteras de diferentes comunidades; el ingreso por avioneta de armas y sicarios del CJNG y, la detención de ocho pobladores, encendieron la alerta en ese municipio ubicado a 254 kilómetros de la capital michoacana.

Al término del acto público llamado por los estruendos de cohetones y las campanadas de la iglesia, los habitantes se reorganizaron y empezaron a blindar los accesos.

Desempolvaron sus armas, sacaron sus vehículos y vestidos de blanco, advirtieron que, si el gobierno rechaza su ayuda, de todos modos, se harán cargo de su propia seguridad.

Así, inició pues, el resurgimiento del movimiento civil armado, del cual hasta el momento no se ha pronunciado o fijado postura alguna autoridad.

(María José Pardo)