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En zona rural sin internet; así da clases Antonio en tiempos de covid

Las actividades escolares son impresas en cuadernillos de papel, los cuales son repartidos hogar por hogar en la comunidad indígena Tetlalpan, de Chapulhuacán

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.- Debido a que en Hidalgo solo en el 30 por ciento de los hogares hay acceso a internet, de acuerdo con el INEGI, la opción de tomar clases virtuales durante la emergencia sanitaria por el covid-19 fue descartada en algunas comunidades rurales y marginadas de la entidad. Sin embargo, los profesores deben cumplir con su labor docente e incluso ahora tienen que costear de sus propios bolsillos los materiales para sus alumnos.

Antonio Bautista Pérez, maestro rural de la Telesecundaria 756, ubicada en la comunidad indígena Tetlalpan, de Chapulhuacán, platicó que días antes de suspenderse las clases presenciales por la pandemia (20 de marzo), comenzaron a planear y elaborar los instrumentos pedagógicos que utilizarían durante el confinamiento, y así seguirles brindado el derecho al acceso a la educación a sus alumnos, descartando por completo la posibilidad de poder acceder a internet, pues la conectividad en esa zona es limitada.

Por lo que pusieron en marcha un plan de estudios acorde al contexto y condiciones económicas de Chapulhuacán, un municipio adentrado en la Sierra Gorda y con un grado de marginación alto, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

Las actividades escolares son impresas en cuadernillos de papel, los cuales son repartidos hogar por hogar por dos representantes de las tres comunidades a las que se les brinda el servicio, que son Tetlalpan, Las Minas y Ahuayo.

El académico contó que no tuvieron tiempo de reunir a los padres de familia para explicarles la situación y pedirles apoyo para costear los gastos de las impresiones, por lo que ahora él y sus dos compañeros profesores deben desembolsar dinero de su sueldo para que sus alumnos puedan seguir estudiando.

Bautista Pérez tiene a su cargo un grupo de 21 alumnos. La escuela tiene en total una matrícula de 65 estudiantes. Él debe imprimir y pagar los libros de sus educandos, pese a que la contingencia también le ha traído más gastos en su hogar.

El material está conformado de hasta 20 hojas cada uno y están planeados para que a los alumnos les tome dos semanas responderlos. Esta situación seguirá así el resto de la contingencia, de la cual aún no hay fecha para que se levante, debido a que Hidalgo es considerado por las autoridades federales de salud como una de las entidades de máxima alerta, por el aumento de contagios. Además, el gobernador Omar Fayad Meneses anunció este jueves que las escuelas no regresarán a concluir el ciclo escolar de manera presencial.

El profesor rural confesó que una de las incertidumbres es que a pesar de que se esforzaron para realizar un plan de estudios temporal, no saben si los alumnos en realidad están cumpliendo o si están aprendiendo.

“Nosotros solamente estamos cumpliendo con el diseño pedagógico, pero no sabemos la retroalimentación, si realmente el alumno está realizando sus actividades. Aprender en casa es un programa que trata de atender en números, trata de cuantificar la atención del estado en materia educativa, más no puede cerciorarse que realmente se esté dando un aprendizaje”, mencionó el catedrático, en entrevista con LSR Hidalgo, a través de mensajes de voz en WhatsApp, pues donde vive la señal telefónica es tan débil que no es posible concretar llamadas telefónicas.

Con anterioridad ya enfrentaban problemas de aprendizaje en la telesecundaria, pues la mayoría de los alumnos habla náhuatl  y no dominan el español, idioma en el que están escritos los libros de texto que utilizan para su aprendizaje y el que utilizan sus profesores para enseñarles. Aunado a esto, la mayoría de los padres de los estudiantes no saben leer ni escribir y algunos solo estudiaron la primaria, de acuerdo con el catedrático.

Con esta nueva modalidad del programa Mi escuela en casa, Antonio Bautista dedica más horas de trabajo a sus clases, pues no tiene una jornada laboral establecida y reconoce que vive en un constante estrés.

La escuela donde da clases tiene apenas tres aulas didácticas (una para cada grado de secundaria), un cuarto donde está la dirección, no tienen espacios deportivos y por rehabilitación sus sanitarios son actualmente fosas sépticas, dijo.

Si el sistema educativo nacional y la cobertura que brinda de educación básica tenía problemas, pues con la pandemia todo esto nos viene a poner al desnudo, porque se arrecian los problemas de infraestructura, equipamiento y mantenimiento, agregó.

 

 

 

 

jgp