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Cines, en peligro de dejar de ser un negocio de película

La industria del cine vive en incertidumbre ante la pérdida de ingresos por salas cerradas, reapertura con menos clientes y la falta de estrenos disponibles

Escrito en DINERO el

El cine es uno de los lugares de entrenimiento predilectos en el mundo; sin embargo, la pandemia del coronavirus no sólo infectó a Hollywood, paralizando rodajes y retrasado estrenos importantes, también se vio afectada por el cierre de las salas de cine.

Como una de las industrias del entretenimiento más importantes a escala global, el cine también genera una importante derrama económica en todo México. Según las cifras publicadas por The Hollywood Reporter, en 2019 se obtuvieron más 31,000 millones de dólares de taquilla a nivel mundial; sin embargo, los analistas calculan que la recaudación caerá drásticamente.

A finales de marzo, cuando el coronavirus entró a México, cadenas como Cinemex tomaron medidas preventivas al poner su salas al 50%. No obstante, en abril fue necesario tomar acciones más drásticas.

Cinépolis y Cinemex cerraron todas sus salas en México, paralelamente a la orden de cerrar los centros comerciales. Entre las dos cadenas suman más de 6,000 salas en todo el país, las cuales dejaron de operar.

La cadena Cinépolis aclaró que no contempla ''ningún ajuste de personal'', mientras que Cinemex sólo destacaron que donarían todos sus alimentos perecederos a los 55 Bancos de Alimentos alrededor del país.

Ha pasado casi un mes de dicho cierre, y la pandemia no cede en territorio mexicano pues diario aumentan los casos. Hasta este viernes, se contabilizaban 62,527 casos positivos y 6,989 decesos. 

De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), debido a la suspensión de actividades se han reportado pérdidas por 1,500 millones de pesos, lo cual afecta a 25 producciones nacionales que están frenadas y 100 mil empleos que están en incertidumbre esperando el "regreso a la normalidad".

El impacto económico se calcula con base a los cerca de 30 millones de boletos que se han dejado de vender a partir del 20 de marzo, pero dicha cifra no refleja los ingresos por las ventas de dulcería y otros rubros.

Por su parte, Canacine estima que en un trimestre con cines cerrados las pérdidas puedan ser hasta seis mil millones de pesos.

ARRENDADORES DEL TERROR

Los arrendadores de las salas de cines, es decir, los dueños de las plazas comerciales que dan el espacio para vivir el séptimo arte, ya no sostendrán el acuerdo de cobrarles a las cadenas la renta en función del aforo promedio anual histórico de gasto por cliente.

A partir del 15 de junio, las salas se llenarán en el mejor de los casos al 50% y con menos funciones dada la necesidad de invertir más tiempo en la sanitización de salas afectando a todas las cadenas: Cinépolis, de Alejandro Ramírez; Cinemex que conduce Rogelio Vélez; Cinemas Henry, de Roberto Henry; Citicinemas, que lleva Blanca Palazuelos, y Cinemagic, de Andrés Capdepon.

Pero ello es un efecto bola de nieve pues cobrar el mismo monto que antes de la pandemia, o mayor, podrá ser inviable para los cines, y una plaza sin cines es poco atractiva para los paseantes. 

La Unión de Retailers de México (URM) estimó que cerrarán entre 1,500 y 2,500 tiendas en centros comerciales entre junio y julio, lo que representa casi 1 millón de metros cuadrados que quedarán vacantes, más los que se acumulen en los siguientes meses por los vencimientos de contratos de arriendo de más tiendas que no generen más que pérdidas.

En la Ciudad de México, en sintonía con la petición del Gobierno federal, la capital prevé un semáforo de reapertura, cuyo color naranja se aplicaría a mitades de junio si la ciudad logra una ocupación hospitalaria menor 65 % tras encadenar dos semanas de reducción de las hospitalizaciones.

Este semáforo permitirá la apertura de restaurantes, hoteles y servicios religiosos con un aforo del 30% y de cines y teatros con un aforo del 50%.

Sin embargo, las preocupaciones persistentes entre los clientes son una de las principales razones por las cuales el regreso de este negocio será un proceso largo.

TRANSFORMARSE EN SUPERHÉROES

Con este panorama, la industria del cine tendrá que hacer maniobras para recuperarse económicamente pero también enfrentará el reto de brindar seguridad a sus clientes. La mayoría de los cines no podrían abrirse de inmediato, pues no sólo tendrán que volver a contratar trabajadores, sino también entrenarlos en estándares de distanciamiento social y sanitarios.

Aunque en el país no se han difundido los protocolos que seguirán las cadenas, en Estados Unidos contemplan que las salas tendrán que limpiarse a fondo entre las proyecciones, lo que podría reducir la cantidad de horarios.

También prevén bloquear asientos para crear suficiente espacio entre los usuarios, haciendo que cada fila esté disponible o eliminando asientos bajo un patrón de tablero de ajedrez en sus páginas web. Algunos, incluso, han considerado controles de temperatura para los espectadores.

Mientras tanto, no todo es caída en el cine, la pandemia permitió los negocios. De acuerdo con Forbes, el brazo corporativo de Cinépolis, Tenedora de Cines, adquirió 2.8 millones de acciones (2.4% del total) de Cinemark. 

Además, un grupo más de la familia Ramírez y ejecutivos de Cinépolis se combinaron para adquirir 6.1% de las acciones de Cinemark.

Cinemark es la tercera empresa exhibidora de cine, con más de 4,500 pantallas en 37 estados y rival de Cinépolis en Estados Unidos. Asimismo, tiene presencia en 15 países de América Latina, con casi 1,500 pantallas, aunque aquí en México vendió la cadena a Cinemex.


CP